lunes, 25 de mayo de 2020

TRABAJO SEMANA 25 al 29

RETOMAMOS LA REDACCIÓN DEL RELATO DE CIENCIA FICCIÓN PENDIENTE.



A ver si conseguimos. La verdad, pensé que seguiríais el hilo donde lo dejé reagrupado, pero hubo varias derivaciones a partir de “la idea que tuvo Abril fue….” y pensé que nadie había continuado, hasta que se me ocurrió mirar quien no había participado y vi que habíais seguido en la entrada original. Recogí la que tuvo más continuidad (para ello he tenido que sacrificar algún párrafo bastante prometedor, pero así es la escritura colectiva). Disculpad que os había dicho que os iría yo indicando quien tiene que terminar y lo haré durante esta semana. 

Tenéis que poner más cuidado en la continuidad, desde el principio tenemos un narrador protagonista y algunos os vais a un omnisciente dando un salto imposible. Por otra parte, no al no leer con calma cuando un compañero deja la historia con una persona que aparece, otro sigue ignorándola. Finalmente, recordad que era un relato de cienciaficción, intentad incorporar elementos de género.

Evidentemente lo primero es leer todo desde el principio.


(Las personas que quedan por participar tienen que darle conclusión: Pablo, Yaiza, Lucía, Nerea, Luis, Brais, Paula Mariño, Nicolás, Mateo Iglesias, Iago Iglesias, Aroa, Ángel y Esteban.)


El final de Johann Osborn

(actuar en la sombras para servir a la luz)


Desde que comenzó el siglo XXVI hemos estado viviendo en la dictadura de Johann Osborn. Cada vez hay más pobreza, los ricos se aprovechan de los pobres: en vez de evolucionar como sociedad
hemos retrocedido. Los únicos que podemos salvarles de la explotación somos nosotros.
Soy Jackson Wang y trabajo para “La Hermandad de los Asesinos”.
Nuestra organización ayuda a los pobres de la siguiente manera: matamos a un rico, le robamos su dinero y lo repartimos entre los pobres en pequeñas cantidades, para que no les falte de nada, pero que tampoco tengan tanto dinero como para explotar ellos a los demás.
Soy uno de los pocos asiáticos que logramos sobrevivir bajo el mandato de Johann Osborn. Puedo considerarme un campeón de los pobres y oprimidos, asumiendo ideales como la igualdad, la libertad y otros principios asociados con los derechos humanos. Nuestra hermandad es profundamente idealista, con un hondo sentimiento por los principios de justicia social y nuestro lema es actuar en las sombras, para servir a la luz. Somos asesinos de las injusticias.
La Hermandad de los asesinos somos cinco viejos amigos que nos conocemos desde la infancia: Peter, Mary, Jacob, Abril y yo. Juntos llevamos años trabajando en este proyecto, cuya culminación será acabar definitivamente con la dictadura de Johann Osborn. Pensábamos entrar por la noche a su palacio y robarle todo su dinero. Para ejecutar nuestro plan Jacob también pensó en crear alguna nueva arma para poder defenderse. Las que teníamos hasta el momento las creó un viejo compañero, Hercai, un turco que desde la infancia sufrió como nosotros las injusticias de Johann Osborn. Trabaja de herrero en un lugar alejado de la ciudad, escondido, para que el presidente no lo encuentre; él siempre tiene buenas ideas, la más reciente había sido una cuchilla retráctil, que se oculta en el antebrazo bajo la túnica blanca que utilizamos. 
Ya era por la noche nos pusimos de acuerdo a entrar. Ya estábamos dentro, estaba todo oscuro. Entonces Mary encendió la linterna y vimos que había unas escaleras. Subimos y nos encontrábamos en un pasillo.  Avanzamos lentamente, con miedo de encontrarnos con alguien. Nos deslizábamos poco a poco, revisando todas la habitaciones una por una. Era un espacio un poco raro, sin ventanas, apenas decoración, solo una larga alfombra verde y roja que después se dividía. Al estar caminando un largo tiempo por aquel pasillo la mitad verde de la alfombra se iba hacia la derecha y la roja hacia la izquierda dejando así dos pasillos. Al ver que el pasillo se ramificaba decidimos separarnos. Abril Peter y yo nos fuimos por el rojo, Jacob y Mary por el verde.
Mientras avanzábamos, la escena se iba haciendo cada vez más tensa. Había telarañas por todas partes. Entramos a explorar otra de las habitaciones de la casa y nos quedamos sorprendidos al ver que estaba casi vacía del todo, solo había un armario y a Peter se le ocurrió abrirlo para ver si encontraba algo de valor y en lugar de ello lo que encontró fue un pasadizo oscuro, Peter y yo nos miramos a los ojos, inmediatamente Abril sacó de su bolsillo una linterna. Abril es la chica más avispada de la hermandad pero Peter el más valiente.
-Seguidme, no os separéis de mí- dijo Peter con la linterna de Abril en la mano. Durante cinco minutos estuvimos caminando por lo que parecía un túnel. Solo se escuchaba un sonido muy parecido a unas gotas de agua cayendo desde un tejado. Aparecieron entonces unas escaleras que llevaban a otro pasadizo.
-Tenemos que avisar a Jacobo y Mary sobre lo que encontramos- intervino Abril. Todos de acuerdo dimos vuelta en busca de los demás.
Después de un largo tiempo buscando a los demás compañeros, por fin nos juntamos todos y fuimos a aquel pasadizo que habían encontrado Abril y Peter. El pasillo se abría a un profundo pozo de manera que solo se podía atravesar agarrándote a unas cuerdas, con el riesgo de caer a un profundo pozo. Abril y yo nos ofrecimos a hacerlo, mientras que los otros se quedaban en la entrada del pasadizo vigilando.
El pasillo serpenteaba un rato y acababa por desembocar en una nueva habitación. Allí estaba lo que buscábamos: una caja fuerte. Teníamos un plan para abrirla y estábamos a punto de ejecutarlo cuando, pegada a la pared, notamos la silueta oscura de una persona, mientras justo en ese momento desde lejos escuchamos los gritos desesperados de nuestros amigos.








1 comentario:

  1. Que pasa ahí arriba? -dijo, casi gritando, Abril-
    Pero no hubo respuesta, por lo que decidimos subir a ver que les habían hecho a nuestros amigos. Retrocedimos en la habitación hasta la puerta, pero alguien la había cerrado
    -Oye Jackson, ¿viste la silueta que había justo ahí? -dijo asustada Abril-
    -Sí, ¿por? -le respondí-
    -Porque ahí ya no hay nada
    En ese momento, sentí un miedo inimaginable, no sabía como reaccionar. Estábamos encerrados con otra persona que seguramente estaba a las órdenes de Osborn

    ResponderEliminar